COPOL vivió con entusiasmo las fiestas julianas

COPOL vivió con entusiasmo las fiestas julianas

A través del arte, música, gastronomía y juegos tradicionales los copolinos de Jardín y Escuela conmemoraron los 489 años de la Fundación de Guayaquil.

Desde el lunes 22 hasta al jueves 25 de julio, los estudiantes vivieron una fiesta educativa, que fortaleció su identidad y conocimientos sobre la cultura y tradiciones de la urbe porteña.

La coordinadora de Educación Inicial, Anita Gálvez, enfatizó que—gracias a este tipo de actividades clave—los alumnos profundizaron sobre el conocimiento de nuestras raíces. “Les enseñamos que no solo somos responsables del Guayaquil del mañana, también somos ciudadanos del mundo y estamos estudiando para mejorarlo”, agregó Gálvez.

De esta manera, cada copolino conoció de manera creativa más detalles sobre la historia de la Perla del Pacífico. Por ejemplo, en Jardín recitaron el poema Mi cerrito Santa Ana; se divirtieron con juegos tradicionales; crearon una galería audiovisual de lugares turísticos de Guayaquil y disfrutaron de comida tradicional, a través de pícnics y de la elaboración de ricos platillos que conforman una lonchera típica guayaca.

Los estudiantes de Primer grado expusieron sobre su lugar favorito de Guayaquil, a través de lindas fotografías; los de Segundo rememoraron la leyenda del Cerro Santana y la biografía de Simón Bolívar; Tercero deleitó a la comunidad con la coreografía del emblemático tema Guayaquileño, madera de guerrero; los copolinos de Cuarto Grado recrearon la tradicional experiencia de los hinchas de Emelec y Barcelona en un inolvidable clásico del astillero; Quinto grado bailó Guajira a Guayaquil, de Héctor Napolitano; los estudiantes de Sexto grado interpretaron el pasillo Guayaquil pórtico de oro de Carlos Rubira Infante; y los alumnos de Séptimo grado presentaron una reseña histórica sobre el 25 de julio, fecha de la Fundación de Guayaquil y  se divirtieron con juegos tradicionales.

Sin duda, cada una de estas actividades cumplieron con su propósito; pero principalmente conmovieron el corazón de la comunidad, al ver a los más pequeños disfrutar del fervor cívico en las fiestas patronales.

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